Amor,
¿Sabes? No me había dado cuenta de la hora que es ya (19:35), el día se pasa volando pensando en ti, aunque también es verdad que esta que te escribe hoy se la levantado de la cama a una hora indecente ;)
El día transcurre tranquilo, y no sabes como disfruto de este relax. Se supone que son fechas especiales y que debería estar haciendo cosas muy distintas a las que estoy haciendo (después te cuento) pero no me apetece, me apetece disfrutar de esta felicidad, y es que me basta pensar en lo mucho que estaba sufriendo el año pasado por estas fechas para sentirme tan tranquila y tan satisfecha de tomar algunas de las decisiones que he tomado a lo largo del 2006, que no necesito nada más. Aunque a veces cueste ser consecuente con uno mismo, porque yo ahora mismo podría estar en Guadalajara con mi madre disfrutando de manjares, pero no y además es que no quiero. No hay necesidad de fingir nada. No hay lugar a mentiras ni teatros, te llevo demasiado dentro, y es demasiado puro lo que siento por ti como para fingir sonrisas que no me nacen.
Hoy me estoy dedicando a ordenar el joyero, el maquillaje y los cosméticos mientras suena de fondo el CD II (necesito escucharlo varias veces). Me encanta revisar y ordenar mis cositas mientras pienso, por ejemplo: que estoy deseando que pasen estos días y que comience el 2007 porque, mi vida, este va a ser nuestro año. Lo sé, y también se que el año que viene a 23 de diciembre estaremos haciendo algo, lo que sea, pero juntos y me encanta pensar en eso.
Y se supone que debería felicitarte la navidad y el año pero, amor mío, yo no soy capaz de hacer eso con la gente que quiero. ¿Por qué? Pues porque sé perfectamente como va a ser tu navidad y porque no quiero desearte felicidad para el 2007, quiero dártela y de que seas feliz me encargaré muy de cerca. Por eso y por mi manía de no ser una oveja más del rebaño no suelo acompañar al resto de los humanos que en según que momentos no son mas que marionetas ante las atractivas ordenes de unos grandes almacenes. Así soy yo amor mío, siempre contracorriente.
En los días como hoy me abro el historial de nuestras conversaciones y a ratitos me lo voy leyendo, poquito a poco, lo saboreo y lo disfruto mientras el olor del café recién hecho me recuerda a ti y me hace pensar en momentos que aunque no han existido los puedo vivir casi como recuerdos de una vida contigo. Amor, cada uno en distinta forma ha sufrido mucho anteriormente, pero ambos hemos tomado decisiones que nos han traído hasta aquí y pienso que por primera vez el mundo está siendo justo, porque juntarnos a nosotros es una gran idea del destino. Sé que eres el hombre que necesito y sé que soy la mujer que necesitas. Cada día, cada conversación que tenemos así me lo confirma, porque amor, piensa una cosa: hemos tenido vidas completamente distintas en cambio nos entendemos a la perfección y siento que eres la parte que me ha faltado siempre. ¡¡¡Y por fin te tengo!!!
Tienes que saber una cosa, hace años me creé una barrera que me protegía del mundo, quiero a muy pocas personas, confío en aún menos personas y jamás he dejado entrar a nadie a mi círculo de fuego, donde el aire es puro y huele a lirios recién cortados. Nadie conoce lo que hay detrás de esa barrera, es decir, a mí. Pues bien, tú ya estás dentro y te siento, aquí conmigo y soy plenamente consciente del miedo que tienes en convertir esto en algo “real” porque la realidad ensucia las cosas bonitas y nuevas, pero tienes que pensar que el recipiente de este amor es demasiado consistente como para permitir que nada lo traspase. Amor, el recipiente somos nosotros, nadie puede ver lo que contenemos dentro, con el tiempo lo podrán intuir pero jamás estará al alcance de nada que lo pueda dañar. No tengas miedo mi vida, ya sé que cuando se busca el amor en realidad no se espera encontrarlo y mucho menos cuando a pesar de haber soñado toda la vida con él, éste supera incluso nuestros sueños. Yo no lo buscaba, lo sabes, pero cuando apareciste frente a mí, y pude comprobar que eres Tú, que eres Él entendí que tenía que abrir las puertas, dejarte entrar y volverlas a cerrar para siempre. Porque aunque llegaste como un huracán abriendo a golpes las puertas y ventanas, en realidad eras un naufrago agotado dando los últimos suspiros de vida ante lo que ya era tu fin del camino. Así que no te preocupes, respira, siente este amor, deja que tu alma se empape de él y después estarás preparado no sólo para seguir luchando (en otra guerra completamente distinta) sino también para vivir esto como lo que es: El Amor más puro y sólido que existe.
Te amo, eres mi sueño y puedo entender hasta la ultima gota de tu miedo, porque tu miedo se llama como el mío pero “nadie gana batallas en nombre del miedo” y nosotros somos unos guerreros. Anda, vamos a amarnos sin miedo.
Miles de besitos por todo tu ser.
Tu niña
sábado, 23 de diciembre de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario